Hola blogueros! ^^ Aquí la cronista de mayor envergadura xD.
Hoy voy a relatar el primer encontronazo, que Rogue sufrió (estaba matao el pobre) y yo disfruté, con el teatro. Fecha: Domingo 29-04-2oo7. Hora: 9:30. Lugar: Teatro Principal de Valencia. Obra: “Good night… Amadeus”.
Después de dar varias vueltas alrededor del teatro para averiguar como entrar (era eso o colarse por la ventana xD), abrieron las puertas, y entramos en un recibidor de bonitos techos pintados y una cantidad INDECENTE de puertas @.@¡. Ni idea de cual era la buena, claro está, así que una vez más me abandoné al magnífico depósito de magnetita que Rogue esconde en su portentosa anatomía y encontramos la adecuada a la primera xD. Nos arrancaron un trocito de cada entrada (Asesinos! ;___;), y nos condujeron a toda pastilla –como corría el condenado, sería pariente del Correcaminos, en versión “charm”? o__O- a nuestra fila de asientos.
Nos sentamos y yo automaticamente procedí a autodesnucarme para admirar el techo. Uaaaaaaaaaah! >___< Era precioso!!! Todo lleno de pinturas rodeadas de molduras con pan de oro, un reloj magnífico, una lámpara más enorme que la de la Bella y la Bestia (en el sentido de BESTIA O.O) de cristal y dorados. Y luego el patio de butacas estaba razonablemente limpio y bien distribuido. No como el del Reina Sofía, que no ves un pimiento… ¬.¬ Los de las paredes también rebosaban molduras doradas y demasiadas capas de pintura (se agrietaba del peso, si esque…), pero precioso al fin y al cabo xDDD.
Descubrí un odio visceral de mi persona hacia un poco simpático individuo que, micro en mano, se dedicaba a tratar de infartarme cada vez que decía “Señoras y señores, quedan X minutos para que comience la obra, por favor, ocupen sus localidades”. Y no había un “Ding dond ding” amable antes de cada una de sus intervenciones, no, empezaba a todo volumen, a traición (Rogue se moría de risa de verme saltar cada vez xDD).
Poco después se apagaron las luces (también de golpe y porrazo, ale… ~.~), y se empezaron a escuchar gotas de agua ô.O con el primer grupo de bailarines. Eran una flamenca (pero no de las de traje de faralaes, de las “finas” xD) y un señor calvo sentados en una silla, mientras otros bailarines más jóvenes bailaban por el escenario delante de ellos aumentando la velocidad y siguiendo los cambios de la música. Luego bailaban los que estaban sentados, y seguidamente se sentaban para que bailaran los jóvenes… y así sucesivamente.
La música era una maravilaaa! *¬* Imaginaos las partituras de Mozart mezcladas y adaptadas a veces con ritmos árabes, africanos, flamencos y clasicistas. A veces cantaba una soprano (con la voz tan aguda que llegué a dudar de que fuese un sonido humano, era bellísimo), y otras una mujer árabe. No se entendía lo que decían ,pero tampoco importaba: los movimientos de los bailarines lo decían todo.
Cuando acabó la obra (1 hora y cuarto), la gente aplaudió a rabiar, había sido genial!!! Se me hizo súper corto. Volvería sin dudarlo!!!
Es tan diferente del cine… Puedes oir la respiración de los actores, escuchar el sonido de su calzado contra la tarima… hay como un diálogo actor-público. Conclusión del evento: Definitivamente, el teatro no es un rollo para abuelas emperifolladas, es realmente fantástico!!!
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