Memories in the rain I (Memories in de rein güán).

Ha llegado el esperado día D, el día en que me marchare de las tierras que me vieron nacer y crecer para aventurarme en las extrañas tierras germanas a abrirme paso con mi propia fuerza en ese largo y angosto camino conocido como vida. En otras palabras y dejándonos de mariconería literaria, troncos, que me largo de Erasmus a Alemania, las tierras que una vez fueron regidas por el hombre que hizo temblar al mundo, Hitler.

1 de Setiembre, me levanto a primera hora de la mañana para dirigirme a un examen y suspenderlo de manera honorable (léase mirar a los ojos a tu profesor y decirle con la mirada “el año que viene te voy a partir las piernas hijo de perra : D”).Tras acabar el tortuoso examen me dirijo al aparcamiento donde me espera mi madre para llevarme al aeropuerto. En mi opinión el mejor chofer habido y por haber es Neuro sin lugar a dudas, maneja el coche como un marinero embelesado por los canticos de una sirena, osease, hacia una muerte segura pero donde ves tetas (FUCK YEAH!).

Tras una melodramática despedida de mamá orca con cría orca me dirijo al avión tras haber sido cacheado y desnudado … no, sólo cacheado, que las botas pitaban en el detector de metales y no se dieron cuenta XD Estaba a punto de experimentar mi primer vuelo, ¿mi reacción? Agarrarme el pecho por la parte del pulmón derecho XD. Tras sentirme raro, me acostumbre a esa sensación de la ingravidez, transformándola en euforia y diversión. Tras dos horas de vuelo hacia Zurich probé la inexqusitez de un bocadillo de queso gruyer, pepinos y mayonesa (seamos sinceros, hasta ese momento creí que sólo los españoles tenemos buen gusto para hacer bocadillos). Descubrí que los suizos tienen buen gusto para las pelis en viajes aéreos, ya que para clase VIP pusieron Quantum of Solace (FUCK YEAH!).

Con todos ustedes, los Alpes desde un avión.

Aterricé en Zurich y no vi nada, porque me toco salir por patas y recorrerme de punta a punta el aeropuerto para coger el siguiente vuelo, que me llevaría al avión en un bus muy cuco. Señoras y señores, en Zurich hacía un tiempo fantástico con 31ºC de temperatura ambiente. Así fue como cogí el vuelo que me llevaría a Nuremberg, la ciudad destruida por los bombarderos anglosajones durante la fatídica y comercial (solamente a día de hoy) Segunda Guerra Mundial. Tras un vuelo de apenas una hora llegué a Nuremberg. Desde el avión pude observar en lo primero que se diferencia “¡¡¡no se dice este país, sino España!!!” (José María Aznar, presidente de España, 1996-2004) con Alemania, verde. No es que haya una botella de Heineken gigante en medio de Alemania (risas enlatadas) sino que los bosques son impresionantemente fronodosos. En España a excepción de las regiones del norte, la zona forestal se podría describir como “los cuatro pelos de un calvo”, mientras que en la Alemania sería como “la larga melena de una deliciosas Top Model” (Uhm! Delicious!).

Zurich desde la cabina del avión.

Recojo la maleta del aeropuerto, no me la han perdido. Si lo hubieran hecho me hubiera chivado a mi prima : ( Salgo del aeropuerto y cojo el primer taxi que veo. Aquí viene la segunda diferencia entre España con Alemania, cochazos. ¿Un jodido Mercedes usado como taxi? Que me aspen si hasta entonces tenía la total seguridad de que la única vez que iba a subir en un Mercedes sería en un coche funerario. Tras saludarle en inglés y demostrar de mi nulo conocimiento de alemán le enseño en un papel la dirección de mi residencia y me dirijo a mi residencia sintiéndome como Lady Di antes de morir. Llego a mi residencia para encontrarme que el casero estaba fuera (FUCK YEAH!). Me encuentro con una chica Búlgara que suele ser la anfitriona de los nuevos residentes (EVIL) y me enseña un poco como van las cosas y donde esta mi habitación, la cual está perfectamente cerrada y así estará hasta que llegue el casero con las llaves. Este no llego hasta a las 21h (y llegué a las 19h), así que conocí un poco a mis nuevos vecinos, unos alemanes la mar de rancios, un italiano que habla me habla en español y que me ha pillado bastante cariño porque de los 7 meses que lleva en Alemania soy la primera persona con la que puede hablar bien a gusto XD y con un profesor de química colombiano de 30 años que ha venido a Erlangen a estudiar en un master de 5 años de "Molecular Science". Así los tres somos un trío que nos llevamos bastante bien.

Cuando llegó el casero y se enteró de mi llegada (ya que no le avisé debido a que no tengo ni papa de alemán, my friends, me miró de forma inquisitorial y casi me deja de patitas en la calle, no le culpo, peor lo pasaron los judíos después de todo. Finalmente pase la noche en mi habitación y descansé.

To be continued (Tu bí continuí).