Oulander, cuando los dragones del espacio no podían ser confundidos con osos.

Vikingos, viajeros del espacio, Gandalf, dragones espaciales entrañables, guerras nucleares interespaciales y sangre, mucha sangre; en una película con un argumento bizarro pero estereotipado.

Deja de leer insensato

De nuevo la vida me sorprendió con un giro argumental, cuando pensaba que pasaría una noche tranquila viendo una película de anime recién descargada de Anime Underground en resolución orgasmizante de esa (1080p), recibí una llamada para ser invitado para ir al cine al ver una película aún por elegir. Fuimos cuatro personas los que nos reunimos delante de las taquillas del Kinepolis de Paterna, entre ellas el maese Neuro. Yo quería ir a ver Max Payne, pero al ver que no estaba en la cartelera de susodicho cine ya no sabía que querer ver. Entonces fue cuando el maese Neuro me contó a grandes rasgos cuales era el argumento de la película que visionamos: Outlander. Ni más ni menos es la historia de un marine espacial que se estrella en el planeta tierra, para ser más específicos en Noruega durante la época vikinga donde deberá dar caza a un dragón del espacio. ¡Joder! ¡Con ese argumento no podía dejar escapar la oportunidad de ir a verla al cine sin pagar ni un duro por ella! Y a partir de ahora todos aquellos que no quieran tragarse un buen par de spoilers que dejen de leer e ingresen en mi cuenta bancaria 6000€.
Me dedicaré a comentar las partes que más me marcaron de este film.

*sonido gutural*

El personaje que quedará en mi recuerdo es sin lugar a dudas Boromir, el vikingo ilustrado. Boromir es biólogo, geólogo, topólogo, CSI, herrero, borracho y consejero matrimonial. Lleva su cantimplora hecha con un conejillo (es que es un conejo destripado y decapitado joder). Sin lugar a dudas es él quien esclarece a su pueblo que es la criatura que está arrasando su hermoso país.

*Después de que todo el pueblo viera como el dragón espacial (llamado Morwind o algo así) atacará a unos pobres guerreros vikingos y se largará*

-Boromir: Eso... no es un oso.

Sin lugar a dudas Bormomir, esos no son los patrones de caza de un oso.

Además nuestro querido Boromir no deja de sorprendernos con el gran número de cosas que sabe hacer. Una pena que tan excelso personaje muera al final de película, pero debo admitir que Neuro tenía razón; si hubiera sobrevivido, los vikingos hubieran llegado a la revolución industrial en dos días.

Gracias a los sabios consejos de Boromir, el prota consigue ligarse a la vikinga buenorra.

El momento más lacrimógeno para mí es sin lugar a dudas es cuando se nos relata la historia del prota y de la procedencia de los Morwinds. Todo esto se debe a que la raza del prota se dedicaban a conquistar planetas sin importarle una mierda que había en ese planeta; y fíjate tú que les encantó el planeta que dominaban los Morwind, que era verde y lleno de vida (no sé cómo podía ser así el planeta estando habitado con esos monstruos). Entonces los marines espaciales decidieron que debían aniquilar los Morwinds… usando armas termonucleares. Bombardearon el planeta con armas nucleares dejando el planeta medio lleno de escombros, medio lleno de cadáveres. Volvieron a rehabilitar el planeta para que pudieran vivir en lo que convirtieron en un planeta lleno de muerte y destrucción y entonces los marines dejaron a sus familiares allí para arrasar otro planeta. Fíjate que cuando volvieron a sus casas encontraron todo arrasado porque un Morwind había sobrevivido y buscaba venganza por la muerte de los suyos. Sin lugar a dudas lo que me encantó fue la decisión de arrasar el planeta con armas termonucleares.

Y por último la escena más viril, la trampa contra el Morwind. Allí nuestro protagonista se ganó la confianza de los vikingos tras salvar al jefe de la aldea de un malvado oso y de un intento de conquista a la aldea. Nuestro marine espacial convence a los vikingos para crear una trampa que parecía una prueba de humor amarillo. Era ni más ni menos que una fosa llena de aceite de ballena tapada rodeada por una plataforma. El protagonista y el joven príncipe (donde el prota le levanta la prometida) hacen de cebo para atraer al Morwind a la trampa. Cuando el Morwind cae en la fosa llena de aceite, los arqueros situados encima de la plataforma disparan a bocajarro con flechas de fuego a la fosa creando una gran explosión que hace volar todos por los aires (se ve como un vikingo sale por los aires). Sin lugar a dudas era una trampa 100% vikinga-viril.

Como mención especial diré que la película incluyó un fraile cristiano en la aldea para dar pluralidad étnica a la película ya que no podían incluir negros. Por supuesto muere de una forma triste y deshonrosa, ya quera como el “negro” de la película.

No diré que Outlander es la mejor película de la historia sobre vikingos o dragones espaciales, pero si la mejor sobre vikingos y alienígenas (ya que no hay otra así, creo). A mí me entretuvo, haciéndome pasar un buen rato, a pesar de tener un argumento bastante predecible y algunos gazapos; buena candidata para ir a hacer botellón al cine (o eso tendría que decir Neuro).