El 7 de Marzo de 2007 fue anunciado el “Project O”, un proyecto que lo llevaría entre tres estudios; CING (Hotel Dusk, NDS), Townfactory y Marvelous Intarective como distribuidora. En el equipo de desarrollo destacan veteranos de la industria como Kimura Shourou (que trabajó en juegos como Moon y L.O.L. para DreamCast), Hideo Minaba, ex-director artístico de Square-Enix (Final Fantasy IX y XII), Kazuyuki Kurashima, artista gráfico encargado de los diseños de Super Mario RPG y todos ellos dirigidos por Yasuhiro Wada, presidente de Marvelous, padre de Harvest Moon. Finalmente el proyecto acabo dando el juego del que voy a hablar ahora, Little King’s Story (LKS a partir de ahora en esta entrada).
¿A qué me dedico ahora?
En LKS tomaremos el control de un zagal que de la noche a la mañana se convierte en rey de un reino que necesita ser expandido. Como rey podremos ir a ver a nuestros súbditos y decidir qué hacer con ellos. Y es que al principio del juego la tasa de paro es del 100%, con lo cual tenemos el deber moral de mandar a nuestros habitantes que trabajo desarrollar (agricultor, soldado, carpintero, leñador son sólo uno de los ejemplos de los trabajos que nuestros súbditos pueden realizar). Pero no tendremos todos los trabajos desde el principio, sino que tendremos ir evolucionando nuestro reino para abrir nuevas zonas y conseguir fondos para construir nuevos talleres y así desbloquear nuevos trabajos. Cada trabajo tiene su función y nos ayudará a resolver nuevas dificultades que vayamos encontrando a lo largo de nuestra epopeya. Hasta ahora el juego parece un simulador social, pero hay más.
¿Pero cómo conseguimos los fondos? Es cuando nosotros como rey debemos formar nuestro ejército e ir a explorar las tierras ajenas nuestro reino, donde nos encontraremos con enemigos y zonas por conquistar. Y es que vencer a un enemigo no es tan simple como mandar a todo el mundo a lo bruto y esperar nuestra victoria, ya que aquí entra un fuerte componente estratégico, cada enemigo tiene su punto débil y su patrón de derrotarlo. A lo largo de nuestras pericias iremos encontrando tesoros enterrados y objetos de valor que iremos recogiendo de nuestros enemigos vencidos, que al llegar a nuestro trono tasaremos e irá el dinero a nuestras arcas para poder invertir en el desarrollo de nuestro incipiente reino.
Así que este título nos ofrece una interesante mezcla de simulador social, estrategia y aventura que están perfectamente combinadas, ninguna domina sobre la otra y le da un frescor al título que no tendría si solo se dedicase a un único género.
Una presentación en forma de cuento de hadas.
El apartado gráfico y sonoro del juego destila magia sin lugar a dudas. El modelado gráfico que hace gala esta pequeña joya es semejante al mostrado en la saga Animal Crossing de Nintendo, personajes caricaturescos que intentarán ganar nuestra simpatía desde el primer momento. Los personajes no hacen gala de estar creados a partir de miles de polígonos, sino que más bien tienen diseño sencillo, pero no le hace falta porque casa perfectamente con la ambientación del juego. Por supuesto, podemos diferenciar claramente de un vistazo cada una tipo de nuestras unidades y a los enemigos que nos tenemos que enfrentar; y es que en pantalla aparecen un gran número de personajes junto a un vasto escenario que tendremos que explorar. A lo largo del juego veremos efectos de luz, niebla y otras “partículas” para que nos sintamos más dentro de escena. En cuanto a las escenas de video del juego, estas son diseñadas de forma que parezca dibujos animados pintados con ceras de colores, dandole unas escenas amenas y muy vistosas.
En cuanto al apartado sonoro, la OST del juego combina música clásica que todos alguna vez habremos escuchado en nuestra vida (Beethoven o Mozart, entre otros) y música creada para el juego que es de corte clásico para que no desentone con el resto de la música. Esto hace que el juego gane aún más personalidad. El juego contiene voces, pero no están en ningún idioma en concreto, ya que mezcla palabras en inglés (en cierto personaje de japonés) con lenguaje ininteligible (como en Animal Crossing, StarFox o Ôkami). Esto puede rayar al principio pero bien mirado le da un carácter único a nuestro reino en expansión.
Cómo ser un pequeño rey.
Ahora hablemos de la jugabilidad que hace gala el título. Con joystick del nunchuck moveremos a nuestro rey por la pantalla, mientras que con A mandaremos a uno de nuestros súbditos a una tarea, según sea el objetivo (atacar, cavar, picar piedra, cortar leña…) y con B haremos que todos los súbditos que estén en la tropa que previamente hemos formado se reagrupen en torno al rey. Luego tenemos el botón Z que sirve para que salga un indicador de daño de los enemigos o un indicador de tarea por completar, además de una línea de puntos que indica a donde apuntamos para mandar al currante a realizar la tarea. Para acabar de describir los controles, con derecha e izquierda del pad del wiimote movemos la cámara del juego en las respectivas direcciones, con arriba cambiamos la formación de nuestro ejército, con abajo cambiamos la ordenación de los trabajos para mandarlos a realizar una función y con + o – abrimos en menú de pausa para mirar mapa, misiones a realizar, el estado de nuestras tropas y los objetos que hemos ido recogiendo.
Parece complicado, pero es bastante intuitivo una vez le pillas un poco de práctica. Como punto negativo tengo que destacar el nulo uso del puntero del wiimote, en los ports de Pikmin la función del puntero ha hecho más preciso y simple el manejo del juego; cosa que siendo LKS tan parecido a Pikmin en jugabilidad, debería haber tenido esta opción de control.
A la hora de administrar nuestro reino, podremos elegir en qué orden ir construyendo los diversos edificios, pero no tendremos libertad para elegir dónde colocarlos, esto simplifica un poco esta parte de la jugabilidad y hace que la ciudad que hagamos siempre sea finalmente la misma. Eso sí, conseguir fondos para invertir en nuestro reino es algo complicado, ya que conforme avanzamos, los costes crecen.
A la hora de ir a explorar y encontrar tesoros tendremos total libertad, podremos elegir qué misión hacer, que zona explorar y que enemigo final eliminar antes o después. Además esta parte de LKS es muy grande y rica, lo cual proporcionará una gran duración y diversión.
En cuanto a la parte de estrategia, al principio manejaremos un ejército pequeño, pero conforme vayamos avanzando tendremos la opción de ir aumentando el grueso del ejército. Además podremos ir personalizando nuestra guardia real en función del número de gente que queramos y los trabajos que deseemos, ya que cada enemigo tendrá un punto débil o estrategia a seguir. La IA de los enemigos está basado en el binomio pasivo/enfadado, si no nos acercamos mucho nuestro enemigo no nos atacará, peros i les atacamos o nos acercamos demasiado este se cabreará y nos atacará sin compasión. Con lo cual siempre es una buena estrategia atacar desde atrás o lugares que sean difíciles de llegar si usamos arqueros. Finalmente, en nuestro trono podremos ir equipando a nuestro ejército con objetos que vayamos encontrando a lo largo de la aventura y así aumentar sus estadísticas (vida, fuerza y resitencia).
Unos últimos detalles.
Para finalizar esta entrada decir que la distribución en nuestro país ha sido paupérrima y vergonzosa. El juego tenía que haber estado en las tiendas el pasado 24 de Abril y en apenas en un par de tiendas llegaron muy pocas unidades. A día de hoy sólo en un Game de Valencia está disponible el juego.
Para acabar quiero concluir que este juego tiene sus defectos, como cualquier otro juego; pero es de los pocos juegos desarrollados para la Wii que han sido mimados desde el principio para crear una experiencia única, convirtiéndolo en un must have para esta consola y uno de las mejores apuestas de esta generación de consolas. El tiempo dirá si esta pequeña joya será recordada en los anales de la historia videojueguil o será olvidada.
1 comentario:
¡Eh, en el Media Markt de Alfafar lo vi! XD
Finalmente decidí no pillarlo por el catálogo de estrellas... demasiados juegos pendientes tengo. Ya te lo pediré algún día, que me llama la atención
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